La Luz Artificial Amenaza la Salud Hepática y Aumenta el Riesgo Cardiovascular
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Vivimos en un mundo que nunca duerme realmente, habiendo logrado convertir la noche en día gracias a la iluminación fácilmente disponible. Sin embargo, los hallazgos científicos recientes están emitiendo una severa advertencia: la Luz Artificial Nocturna (LAN) no solo interfiere con nuestro horario de sueño, sino que nos está enfermando activamente, interrumpiendo procesos biológicos centrales y aumentando significativamente los riesgos de problemas de salud graves como el Riesgo Cardiovascular y la enfermedad hepática.
Las investigaciones dejan cada vez más claro que la exposición a una mayor Luz Artificial Nocturna está directamente relacionada con el aumento de la actividad de estrés cerebral y la inflamación. Se cree que este estrés sistémico y la inflamación afectan indirectamente la salud metabólica en el hígado. En un sentido más amplio, las revisiones sobre LAN confirman su impacto en el bienestar metabólico y mental, incluida la alteración del metabolismo hepático.
El problema crítico reside en cómo la LAN descarrila nuestro reloj biológico interno, o ritmo circadiano. Para aquellos que trabajan en contra de este reloj durante largos períodos, el riesgo de desarrollar enfermedad del hígado graso aumenta. El profesor Mustafa özçürümez y su equipo en Knappschaft Kliniken Universitätsklinikum Bochum señalan que cuando nos mantenemos despiertos y comemos tarde, o dormimos en horarios irregulares debido a la exposición constante a la luz, todo nuestro metabolismo se desvía. Ignorar el reloj interno durante años o décadas puede conducir a la enfermedad del hígado graso asociada a disfunción metabólica (MASLD), anteriormente conocida como enfermedad del hígado graso no alcohólica.
El mecanismo clave que impulsa este colapso biológico es la Melatonina. Esta hormona es esencial para nuestro sistema día-noche, liberándose cuando oscurece para inducir el cansancio y asegurar un sueño reparador. El problema, según los investigadores, es que la Luz Artificial Nocturna, específicamente la luz azul emitida por dispositivos como teléfonos móviles, computadoras, televisores y luces de la calle, hace que lograr la "verdadera oscuridad" sea casi imposible. Es inquietante que incluso una luz tan tenue como diez lux, comparable a la luz de una luna llena, pueda dificultar que el cuerpo produzca Melatonina de manera efectiva.
El estudio de la Universidad de Ruhr en Bochum destaca que esta alteración de la producción de Melatonina inducida por la luz afecta directamente el metabolismo hepático. La Melatonina generalmente desempeña un papel protector en el hígado, lo que convierte a su supresión en una amenaza seria.
Los investigadores están trabajando arduamente para desglosar estas complejas correlaciones. Los estudios en curso del profesor özçürümez investigan los biorritmos de sujetos de prueba con y sin enfermedad del hígado graso. Se controla la presión arterial y la temperatura corporal de los participantes durante 24 horas al día, y se toman muestras de sangre y saliva en varios momentos para medir, entre otros factores, los niveles de Melatonina. Además, usan sensores de luz durante dos semanas que registran con precisión su exposición tanto a la luz natural como a la Luz Artificial Nocturna. Asimismo, el equipo ha desarrollado sofisticados montajes experimentales, incluido el mantenimiento de hígados de cerdo fuera del cuerpo en soluciones nutritivas, para estudiar los procesos metabólicos en condiciones controladas.
A medida que los estudios continúan iluminando las conexiones precisas entre la luz y la enfermedad, el mensaje para el público es claro: salvaguardar su reloj interno dando prioridad a la oscuridad por la noche es crucial para proteger su Salud Hepática y mitigar el Riesgo Cardiovascular. Nuestros relojes internos requieren verdadera oscuridad para funcionar de manera óptima; cuando bañamos nuestras noches con luz artificial, esencialmente estamos haciendo funcionar un motor biológico sin el descanso necesario, lo que resulta en un colapso metabólico a largo plazo.
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