Cierre Gubernamental Amenaza Servicios Clave de Medicare y Medicaid
- 2 oct
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Mientras demócratas y republicanos continúan su enfrentamiento sobre la financiación futura de la atención médica, millones de beneficiarios de los principales programas de salud en Estados Unidos se enfrentan a la incertidumbre. Aunque programas centrales como Medicare y Medicaid seguirán funcionando porque su financiación está incorporada a la ley, los expertos advierten que un cierre prolongado podría generar serios problemas.
Los Centros de Servicios de Medicare y Medicaid (CMS) han asegurado que continuarán sus operaciones. La agencia cuenta con fondos para Medicaid hasta finales de este año fiscal, y los reembolsos están asegurados para el primer trimestre del año fiscal 2026.
Sin embargo, el aparato administrativo se verá significativamente afectado: el Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS), que incluye a CMS, suspenderá temporalmente al 41% de su personal durante el cierre. Aunque el 53% del personal de CMS será retenido, ciertas actividades, como la supervisión de contratistas de Medicare y Medicaid y las encuestas sobre centros de atención médica, serán suspendidas.
Como resultado, los proveedores, incluidos médicos y hospitales, podrían experimentar retrasos en los pagos. Esta posible lentitud podría hacer que los médicos se muestren reacios a programar citas para pacientes nuevos o existentes.
Una de las primeras consecuencias directas para los beneficiarios de Medicare fue la expiración de los servicios ampliados de telesalud. La regla de la era pandémica, que permitía a los pacientes de Medicare ver a sus médicos desde casa, finalizó.
La cobertura de telesalud para Medicare revierte a las reglas prepandémicas, limitándola principalmente a personas que viven en áreas rurales. Esto obliga a los beneficiarios de Medicare que no viven en zonas rurales a viajar para ver a sus proveedores en persona en la mayoría de los casos. Este cambio podría ser particularmente peligroso para personas mayores o aquellos que acaban de regresar del hospital.
La pugna política se intensifica en torno a los subsidios mejorados de la Ley de Atención Médica Asequible (ACA). Los demócratas exigen la extensión de estos subsidios, ya que, sin ellos, se proyecta que las primas promedio totales para los clientes de ACA se dupliquen con creces para 2026. Si el Congreso no actúa pronto, las familias podrían enfrentar un fuerte incremento de costos en su seguro médico.
Por otro lado, los Centros de Salud Comunitarios (CHCs), que brindan atención no urgente a aproximadamente 34 millones de estadounidenses (a menudo de bajos ingresos y sin seguro), deberían mantener el financiamiento y la dotación de personal a pesar del cierre. No obstante, la organización que los representa señala que el cierre añade una capa de incertidumbre a su operación, ya que han dependido de extensiones de financiación a corto plazo en los últimos dos años.
Finalmente, las consecuencias se extienden a la investigación: los Institutos Nacionales de Salud (NIH) retendrán solo el 25% de su personal, suspendiendo la investigación básica y la admisión de nuevos pacientes. Los expertos advierten que, si bien una interrupción breve tendrá efectos mínimos, un cierre prolongado impactará negativamente la calidad y el progreso de la investigación, además de afectar a los trabajadores federales.










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