Saltarse el Desayuno y las Consecuencias Para la Salud Metabólica
- 14 oct
- 3 Min. de lectura

Estudios recientes han subrayado la importancia crítica de consumir una comida matutina regular, vinculando la omisión frecuente del desayuno directamente a un mayor riesgo de desarrollar síndrome metabólico (MetS) y sus componentes principales, como presión arterial alta, azúcar en sangre alta y colesterol alto.
El síndrome metabólico es un conjunto de condiciones cuya base biológica subyacente incluye resistencia a la insulina y obesidad central. Dado que la prevalencia global de MetS está en aumento, identificar factores de riesgo modificables como los patrones de comidas se ha vuelto urgente.
Un estudio transversal realizado entre estudiantes universitarios (de 18 a 39 años) en Corea del Sur tuvo como objetivo evaluar la asociación entre la frecuencia del desayuno y la prevalencia del síndrome metabólico. Los investigadores encontraron que el 56.8% de los 12,302 participantes omitían el desayuno al menos cuatro días a la semana.
El estudio reveló una tendencia positiva significativa entre la frecuencia de saltarse el desayuno y el MetS (P para la tendencia = 0.038). Específicamente, aquellos que omitían el desayuno 4–7 días por semana tuvieron una prevalencia más alta de síndrome metabólico (3.1%) en comparación con los que no lo omitían (1.7%). Aunque esta asociación se atenuó ligeramente después del ajuste completo por factores de estilo de vida y dieta, la tendencia se mantuvo significativa. Entre los componentes del MetS, la omisión frecuente del desayuno se asoció notablemente con mayores probabilidades de presión arterial alta (PA).
Además, la investigación mostró que los patrones de comidas generalmente poco saludables —definidos por una combinación de omisión frecuente del desayuno, atracones (binge eating) y comidas irregulares— se asociaron con mayores probabilidades de MetS en comparación con un patrón de comidas saludable. Los que omitían comidas tendían a exhibir una menor calidad general de la dieta, a menudo consumiendo comidas rápidas y altos azúcares simples, mientras consumían menos frutas, verduras y leche. También tendían a ser mayores, hombres, grandes bebedores, fumadores actuales e inactivos físicamente.
Estos hallazgos se alinean con una revisión sistemática y meta-análisis que examinó la asociación global entre saltarse el desayuno y el riesgo de MetS. Este análisis agrupado encontró que los individuos que omitían el desayuno tenían un riesgo general 1.10 veces mayor de MetS.
El meta-análisis confirmó que saltarse el desayuno estaba asociado significativamente con un mayor riesgo en múltiples componentes del MetS, incluyendo obesidad abdominal (OR agrupado 1.17), hipertensión, hiperglucemia e hiperlipidemia. Los autores de esta revisión sugirieron que un desayuno bien equilibrado podría servir como una intervención de estilo de vida rentable para manejar y prevenir enfermedades cardiometabólicas.
Omitir la primera comida del día interrumpe los procesos metabólicos, a menudo afectando la sensibilidad a la insulina, que es típicamente más alta por la mañana. Esta acción puede llevar a un aumento en los niveles de insulina postprandial después de comidas posteriores. Saltarse las comidas también provoca cambios hormonales, como un aumento en la hormona del apetito grelina, lo que a menudo conduce a una sobrealimentación compensatoria de comidas más grandes y densas en energía más tarde en el día, contribuyendo al aumento de peso y a la resistencia a la insulina.
Los investigadores concluyeron que comer desayuno puede ser un factor crucial para reducir el riesgo de síndrome metabólico en adultos jóvenes, aunque se necesitan más estudios longitudinales para confirmar la relación causal.










Comentarios