Nuevas Directrices de Presión Arterial Enfocadas en Prevención y Tratamiento Temprano
- 18 ago
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Las principales organizaciones de salud, incluyendo la American Heart Association (AHA) y el American College of Cardiology (ACC), han publicado sus nuevas directrices para 2025 sobre la prevención, detección, evaluación y manejo de la presión arterial alta en adultos. Estas pautas, que reemplazan las de 2017, ponen un énfasis significativo en la intervención temprana y las modificaciones del estilo de vida para combatir una condición que afecta a casi la mitad de los adultos en EE. UU. y es la principal causa de muerte a nivel mundial.
El Dr. Daniel W. Jones, presidente del comité de redacción de las directrices, subraya que la presión arterial alta es el factor de riesgo más común y modificable para las enfermedades cardíacas. Las nuevas recomendaciones buscan ayudar a los médicos a adaptar estrategias a lo largo de la vida del paciente para reducir el impacto de enfermedades cardíacas, renales, diabetes tipo 2 y demencia.
Las nuevas directrices resaltan algunos puntos clave.
Criterios de Presión Arterial: Las categorías se mantienen: normal (menos de 120/80 mm Hg), elevada (120-129/80 mm Hg), hipertensión etapa 1 (130-139/80-89 mm Hg) e hipertensión etapa 2 (≥140/≥90 mm Hg).
Intervención Temprana con Medicamentos: Se recomienda iniciar la terapia farmacológica si la presión arterial se mantiene en o por encima de 130/80 mm Hg después de 3 a 6 meses de cambios en el estilo de vida. Para pacientes con diabetes, enfermedad renal crónica o alto riesgo cardiovascular a 10 años, el tratamiento farmacológico debe comenzar de inmediato.
Calculadora de Riesgo PREVENT™: Una novedad importante es el uso de la calculadora de riesgo PREVENT™ de la AHA para estimar el riesgo de enfermedades cardiovasculares a 10 y 30 años. Esta herramienta integra la salud cardiovascular, renal y metabólica, e incluso el código postal como indicador de los determinantes sociales de la salud.
Enlace con la Salud Cognitiva: Las directrices refuerzan la evidencia de que la presión arterial alta es un factor de riesgo para el deterioro cognitivo y la demencia, recomendando un objetivo sistólico de menos de 130 mm Hg para prevenir estas condiciones.
Las directrices reafirman la importancia crucial de un estilo de vida saludable, incluyendo:
Reducción de Sodio: Limitar la ingesta a menos de 2,300 mg/día, idealmente a 1,500 mg/día.
Consumo de Alcohol: Idealmente no consumir alcohol; si se bebe, no más de dos bebidas al día para hombres y una para mujeres.
Manejo del Estrés: Incorporar ejercicio, meditación, control de la respiración o yoga.
Peso Saludable: Buscar al menos una reducción del 5% del peso corporal si se tiene sobrepeso u obesidad.
Dieta Cardiosaludable: Seguir un patrón como el plan DASH, rico en frutas, verduras, granos integrales y lácteos bajos en grasa.
Actividad Física: Al menos 75-150 minutos semanales de ejercicio aeróbico o entrenamiento de resistencia.
Monitoreo en Casa: Recomendado para confirmar el diagnóstico y seguir el progreso.
En cuanto a la medicación, se sugiere la posible adición de terapias más recientes como los medicamentos GLP-1 para algunos pacientes con hipertensión, sobrepeso u obesidad. Además, se han actualizado las recomendaciones para el manejo de la presión arterial durante y después del embarazo, incluyendo el tratamiento con ciertos medicamentos a partir de 140/90 mm Hg y la consideración de aspirina en dosis bajas para la preeclampsia. Se enfatiza también el monitoreo continuo posparto y anual para mujeres con antecedentes de hipertensión asociada al embarazo.
Finalmente, las directrices incluyen cambios en las pruebas de laboratorio iniciales, como la recomendación ahora universal de la relación albúmina/creatinina en orina para todos los pacientes con hipertensión. Estas actualizaciones buscan un enfoque más personalizado y proactivo en el manejo de la presión arterial, vital para la salud a largo plazo del corazón y el cerebro.
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